La Consejería de Educación ha dado nuevas muestras de su desprecio hacia la educación pública. A los continuos recortes presupuestarios de todos los años, retrasos en los pagos a los centros, reducción de ayudas y becas, se le une este año un nuevo despido de unos 3000 profesores de infantil, primaria y secundaria en toda la Comunidad de Madrid (que se unen a los 2500 del año pasado). De los 56.000 docentes en la Escuela Pública que había hace dos años, se va a pasar a 50.000, mientras el número de alumnos sigue creciendo. El aumento de la carga lectiva en los profesores y de la ratio por aula, va a incidir de manera alarmante en el funcionamiento de los centros. A día de hoy, son muchísimos los profesores, funcionarios de carrera, que no saben dónde podrán ejercer su profesión en el próximo curso y lo que sí tienen claro es lo siguiente:
1º) Se van a eliminar desdobles en matemáticas y lengua
2º) Se van a suprimir las tutorías
3º) Aumenta el número de alumnos por aula
4º) Será imposible atender a los alumnos con Necesidades Educativas Especiales
5º) Los Equipos de Orientación, cada vez con menos miembros, no podrán evaluar a los alumnos con dificultades.
Todo esto, unido al insulto de oposición que se plantea para los profesores de Infantil y Primaria, en medio del curso, ( en Otoño, o cuando a Lucía Figar, Consejera de Educación, le venga bien) ha hecho que tanto los sindicatos, como los profesores y las asociaciones de padres y madres estén planteando diferentes acciones para el mes de septiembre.
El 31 de agosto, los sindicatos de profesores decidirán si van a la huelga, mientras que la FAPA tiene prevista una reunión para el 6 de septiembre con el objetivo de decidir cuál será su línea de actuación.
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